SIN TÍTULO

Por Citlally Miranda

 

De lo que me hago consciente cada día en mi proceso reflexivo y de forma empírica, es de la mezcla de todo lo que se me revela. Me cuestiono: ¿hasta dónde llega lo que es comprobable y lo que tengo que conjeturar? Ahí me encuentro, en esa posición de empalme. Ese es mi “onto”: aquí estoy, en la búsqueda de revelar lo invisible por medio de lo visible. Será algún tipo de declaración situarme sobre puntos abstraídos, algún lugar impreciso que aún siendo invisible, su presencia y efectividad es innegable. 

Invisible cultura

Hay un poder extraordinario en lo que no se ve, lo que establece una relación enérgica que atrae a explorar lo disimulado, lo invisible, lo desconocido, y  que nos  ocupa en revelar lo oculto.  En la cultura que nos incluye con generalidades, también existe un individualismo que nos excluye, que nos diferencia debido a muchos otros factores complejos, como puede ser el de cultivar libertades que nos  independicen de la cultura, de ciertas restricciones, de encuadres, de etiquetas con las que no nos identificamos, que nos hacen diferentes y nos separan de influencias.

Me planteo la “cultura” como la energía de un imán en el que el recorrido de los metales se debe a su sugestión, eludiendo cualquier aleación y cualquier diferencia, la cultura es un grupo de valores otorgados de manera colectiva por la sociedad, que generaliza en detrimento de posibles valores individuales. 

Una cultura invisible, que es un conjunto de valorizaciones propias, ideales, creencias, reflexiones, juicios, modos de percibir el mundo a partir de experimentar  vivir; y que en circunstancias choca con esa cultura visible de valores colectivos.

Cultivar semillas invisibles

A través del arte planto estas semillas invisibles, valiéndome de gestos que ponen de manifiesto un modo de percibir y entender el mundo; donde desde mi singularidad, que podría pertenecer a un sentimiento colectivo e intuido,  estos pensamientos que surgen los planteo como insinuaciones, en cualidad de suposiciones; también de manera directa planto diálogos que invoquen estas reflexiones.

Estas relaciones se dan en una expansión de apreciaciones desde lo invisible logrando efectivamente penetrar dentro de las opciones de pensamientos a considerar, haciéndose perceptibles, creando conciencia.

Invisibles alteres

Fagocitarse es una práctica típica en los artistas, la necesidad de absorber la sociedad en que vivimos, reconocerse y esclarecerse. Construirnos partiendo de cómo nos vemos a nosotros mismos y como nos mostramos ante los demás.

El por qué puede una persona tener diferentes conductas, variar concepciones  sin que se atribuya ruptura de identidad o desunión, estos son alteres invisibles del individuo. Se puede ser todas estas variantes perceptivas y SER.

Hay una expresión que dice “cada cabeza es un mundo”. Yo prefiero apuntar a que cada cabeza es muchos mundos, complejos y en ocasiones incoherentes.  Mis otros se juntan y descubren en ese “onto”, el lugar abstraído que reúne lo invisible con lo visible. Los represento por medio del autorretrato, el auto-reconocimiento,  aún no teniendo mi semblante, mis ojos, mi boca, soy yo en otra carne, es el otro invisible que me refleja al espejo. Somos todos estos alteres, y en algunos casos seleccionamos unos para construirnos visibles,  evadiendo otros por razones del yo que nos permiten pertenecer y no ser excluidos.

Entonces decido abrazar a esas otras personas que soy, aprendiendo de cada una para conjugar, relacionar, convivir con mis otros y no como una observadora ajena.


Citlally Miranda, reside y trabaja en Santo Domingo, R.D. Artista multidisciplinaria, ha desarrollado su trabajo en varias manifestaciones artísticas, entre ellas, pintura, dibujo, fotografía, performance y vídeo. Participó en la muestra colectiva itinerante DVD Project (2010), y presentó las exposiciones individuales SintÉtica (2009) y En Prosopón (2012) en el Centro Cultural de España en Santo Domingo. En el 2010 estuvo entre los finalistas de la V Bienal Interamericana de  Videoarte del BID; y en el 2011 fue artista seleccionada en la XXVI Bienal Nacional de Artes Visuales, en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo, donde recibió una mención de honor. En 2012 fue elegida para participar en el proyecto transnacional de intervención urbana De Mi Barrio a tu Barrio. Ese año también fue seleccionada como finalista en el XXIV Concurso de Arte Eduardo León Jimenes. En 2013, participó en la muestra Artistas Dominicanos en Presente en la Maison de L'Amérique Latine de Mónaco, además de resultar premiada en la XXVII Bienal Nacional de Artes Visuales Santo Domingo.